Todo el mundo identifica el concepto de videncia con “la capacidad de ver el futuro” En realidad, la videncia esencialmente es un poder, una capacidad que tienen las videntes naturales para ver aquello que otros no pueden por la limitación de su propia naturaleza humana, en cuanto a los sentidos, y por el “no desarrollo” de determinadas capacidades cerebrales (zonas del cerebro donde se localiza la intuición.)
De esta manera podremos decir que una vidente natural nace con una capacidad especial sensitiva que cultivará y desarrollará durante toda su vida. En este sentido, limitar el poder de una vidente natural al mero hecho de poder adivinar o intuir el futuro sería no alcanzar la verdadera dimensión del concepto mismo. Las videntes naturales tienen otro tipo de poderes y facultades, además de la “clarividencia”.
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Videntes Naturales: Videncia de verdad
Con lo dicho, podríamos decir que una vidente es aquella persona que no solo puede prever el futuro, sino que, además, puede, además, interferir en el mundo cotidiano con determinadas acciones y mediante determinados tipos de ceremonias o rituales. Más que la visión de un futuro, se podría decir que una vidente posee la cualidad de intuir posibilidades y situaciones que pueden ocurrir, ya que el futuro en sí no existe, está por construirse.
Básicamente una vidente natural posee la cualidad innata de ver o sentir cosas o situaciones que nosotros no podemos, lo cual no solo abarca un futuro, también un pasado y un presente (puede ocurrir que una vidente vea o sienta un hecho que está ocurriendo en otra parte del mundo). Pero no es solo presente, pasado y futuro; además las videncia natural, en según qué casos, puede dotar de determinadas capacidades o poderes. Entre las principales cualidades de las videntes naturales, además de la ya consabida visión y percepción de cuestiones futuras, podríamos citar un par de cualidades o “poderes” que se vendrían a sumar a la archiconocida cuestión adivinatoria del futuro.
- Percepción del mundo energético de las personas y las cosas. La cualidad del vidente es, básicamente, ver el mundo que no es material. Por medio de esta capacidad, él vidente puede ver lo que nosotros no vemos y por lo tanto tiene acceso a una información que nosotros no poseemos. Esta cualidad es la que le posibilita y le permite acceder a algo que nosotros no podemos ver o sentir por la limitación de nuestros propios sentidos. De este modo y gracias a su “don”, la vidente, tiene acceso a otros planos de la materia. Esa información es información espiritual y corresponde a campos energéticos que están en un plano que no es el habitual, este plano es un plano energético que convive con el plano material y que por lo tanto tiene sus leyes. Como las leyes energéticas priman sobre las leyes físicas, el vidente tiene la posibilidad de modificar su entorno material a partir de esa información que posee. Actuando sobre la energía, viéndola, sabiendo.
- Modificar, transformar el entorno, el medio y las personas. Todos los poderes anteriores no serían nada si el vidente no pudiera por medio de su intervención influenciar de alguna manera el entorno. El vidente posee la capacidad energética de intervenir en el entorno con sabiduría y producir un cambio. Esta característica le da un poder real y unos conocimientos a los que muy pocas personas tienen acceso. Que el vidente sepa utilizar su poder depende de su capacidad moral y de su orden interno. En general los videntes pueden tener problemas a la hora de llevar adelante acciones si no tienen una guía moral y ética.
Por lo tanto, y a modo de conclusión, diremos que una buena vidente, tiene que desarrollar otro tipo de capacidades y habilidades, más allá de la mera adivinación del futuro. Son cuestiones esenciales, básicas y fundamentales, saber percibir el entorno energético y poder modificar el medio, cambiarlo, para que las personas que necesitan de sus consejos mejoren y crezcan.