Mucho se ha debatido sobre la verdadera videncia en los últimos años. En realidad, la videncia emana de las pocas y excepcionales videntes de nacimiento que existen, aquellas que gracias a sus antepasados han heredado el don de la percepción y la intuición. Con estas letras queremos profundizar un poco más en la figura de la vidente natural o vidente de nacimiento frente a otros métodos de adivinación aprendidos.
Los orígenes de la videncia verdadera son tan antiguos como el propio hombre y su necesidad de adelantarse a los hechos. Ya desde la más remota antigüedad los seres humanos utilizaron los oráculos los cuales, según qué cultura, eran elementos que servían para ser leídos e interpretados en aras a un futuro. Los grandes mandatarios, ayer y hoy, consultaban y consultan distintos tipos de oráculos o elementos para intentar escrudiñar el futuro.
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En este sentido, muy pronto aparecieron distintas personas, muy escasas en número, que tenían un poderoso y fascinador don o virtud: el de poder predecir el futuro, adelantarse y, de una manera u otra, saber lo que está aún por llegar. Algunas de estas personas tenían el poder incluso de saber cosas que ocurrirían en un futuro en un lugar distante de donde ellas estaban. Se podría decir que estas personas eran, en sí mismas, un oráculo humano.
El Don de la Videncia: Vidente de Nacimiento
No se entrará en este artículo a dirimir las posibles causas. Sin embargo, sí señalaremos de manera general que, para algunos es un “don” dado por el propio Dios o los ángeles, para que, con este “poder” extra-natural realizar el bien y ayudar a otros, prevenirles y avisarles de lo mejor para ellos. Para otros, esta capacidad “sensitiva y perceptiva” se debe a un desarrollo de distintas parces cerebrales, vinculadas con la creatividad y la intuición. Algunos incluso piensan que determinados hechos luctuosos ocurridos en la vida de uno, próximos a la muerte, abren una puerta en nuestro propio subconsciente que permite ver o sentir distintos actos que han de pasar. La propia Baba Vanga, una de las videntes más famosas, mundialmente conocida, lo definió como “el beso de la muerte”. Esta vidente estuvo a punto de morir siendo niña, hecho que le permitió, aún estado ciega de sus ojos, poder sentir distintos hechos del futuro.
Otro rasgo, relativamente común a todos los videntes naturales con esta asombrosa capacidad es que son descendientes, a su vez, de padres o abuelos o bisabuelos con este mismo rasgo. Parece ser que es una capacidad que, si bien no se da en todas las líneas de descendencia, si existen, en la mayoría de los casos antecedentes de familiares. Hay quien piensa incluso que esta capacidad es un legado de algún pariente muerto, con esta misma capacidad.
Vidente Natural: videncia de nacimiento
Por lo tanto la verdadera videncia, la tradicional y efectiva, nace con el nacimiento del primer vidente natural. Los demás métodos, aquellos que son no naturales o aprendidos como el Tarot o la Astrología, o la cábala, si bien son métodos efectivos y muy precisos, no son heredados por lo que están al alcance de todos, frente al hecho de una videncia natural, algo que muy pocos alcanzan.
Ser vidente natural es un valor añadido en cuanto a los pronósticos y vaticinios, ya que junto con las respuestas que proporciona el tarot o cualquier otro medio de adivinación, la videncia natural es un elemento profundamente poderoso que permite, incluso, saber a través del teléfono cuestiones personales de la persona que llama con solo descolgar y oír su voz. En este caso, un tarotista necesitará realizar una consulta de cartas de tarot para saber distintas cuestiones sobre quien llama y, la mayoría de las veces, la capacidad de interpretación del tarotista no es tan profunda como la capacidad de sentir, intuir y ver del vidente natural.